lunes, 20 de julio de 2015

Resumen de Tolerancia Inmunologica, Grupo No. 1 de Inmunologia Grupo 009.

Tema:
Tolerancia Inmunológica
Profesora:
Dra. Mirtha Villar
Grupo:
09
Asignatura:
Inmunología

Nombres de los integrantes:
Angélica Estrella
Yerka Del Rosario
Delvin Abreu
Dariela Pérez
Jean Carlos Polanco
Socram Genao
Verónica Tejada
Diana Martínez
Elvis Méndez
Perla Arias
Reakysow Fleurena

TOLERANCIA INMUNOLÓGICA
La tolerancia es la ausencia específica de respuesta inmune frente a un antígeno (propio o extraño), causada por el contacto con dicho antígeno. Se considera un estado activo de especificidad y memoria.
Los tolerógenos son los antígenos que inducen un estado de tolerancia, se diferencian de los que provocan respuesta inmune (inmunógenos).
La tolerancia se puede desarrollar de un modo natural y experimental:
·         Tolerancia natural: cuando un animal en desarrollo se vuelve incapaz de responder a sus propias moléculas (autototolerancia).
·         Tolerancia experimental: es un estado de ausencia de respuesta a un antígeno que normalmente sería inmunogénico.

Propiedades de la inducción de la tolerancia
Es un estado adquirido, no innato.
 Induce fácilmente en linfocitos inmaduros.
Esta inducción se dará cuando no hay señal coestimulatoria.
Requiera que el antígeno persista para que se dé la tolerancia.

La tolerancia es un estado aprendido o adquirido

A principios de siglo, mucho antes de los experimentos sobre la tolerancia, Paul Ehrlich postuló que el sistema inmune debía tener un mecanismo para evitar la formación de anticuerpos frente al propio individuo (a esto lo bautizó con el nombre latino de horror autotoxicus).

En 1938 Traub indujo en ratones tolerancia específica a cierto virus al inocular dicho virus intrauterinamente. El virus persistía toda la vida del animal, que era incapaz de producir anticuerpos frente a dicho patógeno.


En 1945 Owen describió un "experimento de la naturaleza" en terneros dizigóticos que habían compartido la misma placenta: durante su fase fetal se habían intercambiado células hematopoyéticas (células madre), de modo que cada uno llevaba no sólo los marcadores de sus propias células sanguíneas, sino los de su hermano (son quimeras genéticas desde el punto de vista de sus células sanguíneas). Estos terneros podían aceptar sin problemas transfusiones del otro, sin montar una respuesta inmune.

En 1951 Peter Medawar demostró que este tipo de gemelos también podían aceptar injertos de piel uno del otro.

 Tras estas observaciones, Burnet y Fenner propusieron que el momento del primer encuentro entre el sistema inmune y el antígeno era clave a la hora de determinar la capacidad del sistema inmune de reconocer al antígeno como no-propio. Burnet (1954) postuló que el reconocimiento de lo propio por parte del sistema inmune no es algo innato, sino que debe ser aprendido durante el desarrollo embrionario y fetal: la interacción del sistema inmune en desarrollo con moléculas propias (autoantígenos) provocaría la eliminación o inactivación de los clones correspondientes de linfocitos autorreactivos.

En los años 50 Medawar y colaboradores pusieron a prueba experimental esta hipótesis. A ratones neonatos de una raza (llamémosla raza A) le infundieron células de bazo de otra raza singénica (raza B). Cuando los ratones A alcanzaron la madurez, les fueron realizados injertos de piel de la raza B, que fueron aceptados sin rechazo. Esto se acomodaba en la teoría de la selección clonal de Burnet: los clones de linfocitos que encuentran el antígeno cuando aún son inmaduros quedan eliminados ("clones prohibidos"). [A Burnet y a Medawar les fue concedido el premio Nobel en 1960 por estos descubrimientos].

A continuación desarrollaremos cada uno de estas propiedades de la inducción de la tolerancia, aludiendo a experimentos históricos que fueron revelando estos aspectos.
  • ·          La tolerancia se induce mejor en linfocitos inmaduros.
  • ·    La distinción entre inmunidad y tolerancia depende de que el linfocito recibe o no una señal coestimulatoria.
  •          El mantenimiento de la tolerancia depende de la persistencia del antígeno.

Esta teoría, postulada por Jerne, Talmage y Burnet, establece que el antígeno, al ingresar al organismo, selecciona a un clon linfocitario preexistente y específico para él induciendo su expansión. Las células pertenecientes a este clon comparten la especificidad, sin embargo presentan variedad funcional participando en las diferentes modalidades de las respuestas efectoras humorales y celulares.

Si se analiza el conjunto de linfocitos de un individuo en cuanto a su especificidad, se observa que está formado por múltiples clones derivados cada uno de ellos de un linfocito con una sola especificidad. Los linfocitos de un clon particular (células oscuras en la figura) tienen la potencialidad de reconocer y responder a un determinado epitopo o determinante antigénico. La diversidad idiotípica surge a raíz de recombinaciones al azar de los genes que codifican los receptores para antígeno ubicados en linfocitos T y B.

Lederberg (1959) sugirió que el factor clave en determinar la capacidad o no de respuesta estriba en el grado de madurez de los linfocitos, y no la fase de desarrollo del individuo: los linfocitos inmaduros que contactan con el antígeno son sometidos a "aborto clonal", mientras que las células maduras montan una respuesta inmune. Lo que ocurre durante la fase fetal y neonatal es que el individuo es susceptible a la tolerancia porque la mayor parte de sus linfocitos son aún inmaduros. En los animales adultos la tolerancia es más difícil de lograr (se requieren cantidades de antígeno 100 veces superiores que las de los neonatos).

La distinción entre inmunidad y tolerancia depende de que el linfocito reciba o no una señal coestimulatoria. Este punto en el 1970 fue propugnado por brestcher y cohn. La evidencia experimental del mismo llego a los 80 años, con los experimentos de lafferty colaboradores.  Los injertos de islotes pancreáticos eran aceptados cuando se eliminaban del hospedador células presentadoras profesionales que son las que se originan nuevos linfocitos a partir de sus precursores de los órganos linfoides.

La persistencia del antígeno juega un papel fundamental en el mantenimiento de la tolerancia. Cuando la concentración del antígeno cae por debajo de cierto umbral, se recupera la capacidad de respuesta. Ello se debe a que se originan nuevos linfocitos a partir de sus precursores de los órganos linfoides primarios. 
Factores que afectan la tolerancia experimental

Hay varias condicionantes que afectaran el comportamiento del antígeno pero principalmente tenemos la cantidad que se administre, la vía de aplicación y el estado de los linfocitos en el paciente. Existen varias vías que nos permiten crear intolerancia pero las de mayor efectividad son las vía oral y vía intravenosa, la vía oral debido a que muchas veces provoca reacciones adversas para el cuerpo humano a tenido que evolucionar para poder acoplarse a los modos de nutrición y así evitar reacciones que puedan perjudicar el sistema inmunológico. Por su parte la vía intravenosa  tiene una mayor efectividad que la vía cutánea y es de mayor rapidez.

El estado de los antígenos es de gran importancia debido a que tienen mejor efecto los solubles que los particulados debido a que tienen gran dificultad para para activarse en su presentación. Cuando las células presentadoras envuelven los antígenos particulados estos no pueden activarse para su presentación al sistema inmune porque no pueden expresar sus moléculas coestimuladoras como son la B7, debido a esto los linfocitos T no recibirán la señal lo que inducirá el estado de anergia clonal, por esta razones se prefiere la administración en formas solubles de alérgenos para alergias o enfermedades autoinmunes.

Dosis del antígeno

 Antígeno  es toda sustancia que introducida en un individuo desencadena una respuesta inmune
Dosis muy altas o muy bajas del antígeno pueden inducir estado de tolerancia, existiendo lo que se denomina como zona de tolerancia a dosis bajas y zona de tolerancia a dosis altas.
Por lo tanto, a la hora de la vacunación es esencial ajustar correctamente las dosis para lograr el efecto deseado.

La existencia de la zona de tolerancia a dosis bajas se puede aprovechar clínicamente para la desensibilización alérgica: se inyecta al individuo dosis repetidas a baja concentración del alérgeno para el que está sensibilizado; con ello se puede inducir tolerancia a las dosis normales de dicho alérgeno, evitando los síntomas de esa hipersensibilidad inmediata


Susceptibilidad de las células T y B

Las células T se vuelven tolerantes pronto y se mantienen así durante más tiempo que las células B.
Sin embargo, como la mayoría de las células B requieren in vivo la ayuda de las células T, en última instancia la respuesta humoral y su correspondiente tolerancia tendrían una cinética determinada por el estado de capacidad de respuesta de los linfocitos T.

Al igual que en las células T, el desarrollo de las células B se genera a partir de un repertorio linfocitario responsable de la diversidad de la respuesta inmune; sin embargo, dentro de este repertorio también aparecen células B autorreactivas que de no ser controladas, pueden ocasionar respuestas perjudiciales para el individuo.

Los mecanismos de tolerancia en células B pueden ser divididos en dos: primarios o de novo y mecanismos secundarios. Los mecanismos primarios se caracterizan porque se presentan durante la diferenciación de las células B y contribuyen a formar el repertorio linfocitario; en tanto que los mecanismos secundarios no alteran dicho repertorio, sino que modulan la respuesta de los linfocitos B maduros en los órganos linfoides periféricos.

Mecanismos primarios (de novo) Dependen de una combinación entre la avidez antigénica y el umbral de activación del receptor de célula B (BCR). Ocurren tanto en los órganos primarios (médula ósea, hígado fetal) como en los tejidos linfoides periféricos. En los primeros se denominan mecanismos de tolerancia central y en los segundos mecanismos de tolerancia periférica.
Las células T reguladoras pueblan los órganos linfoides secundarios, los tejidos periféricos y los sitios de inflamación, en donde disminuyen la activación de las células T, células NK, células dendríticas y células B, a través de mecanismos poco conocidos e induciendo tolerancia inmunológica.

Los mecanismos por medio de los cuales las células T reguladoras controlan la actividad de las células B, no son muy claros. Sin embargo, algunos investigadores han reportado que las células T reguladoras pueden inducir tolerancia a respuestas de tipo adaptativo mediante la inducción de la muerte de las células B, la supresión en la producción de anticuerpos y la regulación de la supervivencia de células plasmáticas.  
Ejemplo, de  la susceptibilidad de las células B y T

Los estudios sobre mecanismo de tolerancia han experimentado un impulso con la tecnología transgénica.
El avance tecnológico ha permitido que se puedan diseñar ratones en laboratorios que porten genes controlados específicamente a este se le llama ´ratones transgénicos´. Esto da paso a que estudios previos sobre los genes se realicen en fases tempranas del desarrollo, pudiendo comprobarse el efecto del sistema inmune entre en contacto temprano con determinadas moléculas, se puede observar varios tipos que influyen en el mecanismo de tolerancia:
·         Deleccion clonal: Elimina las células auto activas en sus etapas tempranas de reproducción.
·         Aborto clonal: Bloqueo de la maduración.
·         Anergia clonal: Inactivación del linfocito maduro.
·         Ignorancia clonal: Clones de linfocitos T o B autorreactivos potencialmente funcionales, pero no se activan porque el auto-antígeno está en muy poca cantidad.
Desde el punto de vista de dónde se produce la inducción de tolerancia, puede distinguirse la diferencia entre tolerancia central y tolerancia periférica.
En que órganos ocurre la tolerancia central?

La tolerancia central ocurre en los órganos linfoides primarios con los linfocitos inmaduros, ya que también ahí está la producción de linfocitos B y T.

En esta tolerancia no debería ser la única ya que es difícil imaginar que todos los posibles auto-antígenos lleguen al timo y a la médula ósea durante la maduración de los linfocitos T y B. Dada la gigantesca variedad de receptores que puede lograrse por los mecanismos aleatorios genéticos, cabe pensar que algunos linfocitos T y B inmunocompetentes tienen receptores para antígenos propios que no fueron presentados durante su maduración. Se habla entonces de que deben de existir también mecanismos de inducción de TOLERANCIA PERIFERICA.

Tolerancia central en linfocitos T
Parece ser que los autoantígenos secretados por diversos órganos y tejidos llegan al timo, donde son internalizados y presentados por macrófagos y células dendríticas a los timocitos dobles positivos (CD4+ CD8+); es aquí cuando se produce la selección negativa, en la que los clones autorreactivos son eliminados (delección clonal).
El estado de diferenciación del timocito (linfocito inmaduro) es determinante para esta delección. Esto puede deberse a que en este estado inmaduro los auto-antígenos desencadenan vías de transducción de señal diferentes a las de los linfocitos T maduros.

Tolerancia periférica (postalamica)
Es el conjunto de mecanismos que silencian a las células B y T que se escapan al control de la tolerancia central. Estos mecanismos operan en los tejidos periféricos.
Algunas células T potencialmente autoagresivas logran escapar de la selección negativa del timo, por lo que el sistema inmune posee mecanismos para evitar su acción. En experimentos con ratones transgénicos se ha visto que existe tolerancia periférica por varios mecanismos:

*      Delección periferica o clonal de linfocitos Tc autorreactivos en órganos inmunoprivilegiados (globo ocular, ovario, testículos): es la inducción de la muerte celular por apoptosis. - Es uno de los mecanismos que impiden la activación incontrolada de las células T activadas por antígeno. El receptor Fas y su ligando (Fas L) se coexpresan en estas células.  La interacción ligando-receptor entre dos de estas células activa la apoptosis (muerte celular programada). Las células de estos tejidos expresan CD95L, que al unirse al CD95 del Tc le provocan la apoptosis.
Anergia clonal: Es la inactivación funcional prolongada o irreversible de los linfocitos. Es inducida por el encuentro con antígenos en ciertas condiciones. Es producida por ausencia de la señal coestimulatoria (cuando la APC carece de moléculas B7).La activación normal de las células T requiere dos señales:
Ø  Reconocimiento del antígeno peptídico asociado al Complejo Mayor de Histocompatibilidad (que está en la superficie de las células presentadoras de antígeno; CPA).
Ø  Reconocimiento de moléculas coestimuladoras como B7 (que también son presentadas por las CPA) mediante el receptor CD28 de las células T.
Si el antígeno es presentado por células que no expresan coestimuladores se genera una señal negativa y el linfocito T se convierte en una célula anérgica.



 Tolerancia central y periférica de los linfocitos B

Tolerancia central:
Se refiere a la eliminación de los linfocitos de los clones de linfocitos t y b durante en los órganos linfoides centrales; el timo para las células t y la medula ósea para las células b.
El proceso de eliminación se denomina deleccion clonal. Las células mueren por apoptosis.
Por otro lado, los linfocitos b inmaduros que unen un antígeno propio soluble quedan anergicos, al bajar el nivel de mIgM y aumentar el de mIgD.

En el repertorio de clones B circulantes hay muchos más clones autorreactivos que entre los linfocitos T. Los linfocitos B no sufren en la médula ósea una selección negativa tan rigurosa como los LT en el timo y de hecho se postula que la autorreactividad B de baja afinidad es normal. El mecanismo de la hipermutación somática puede, además, generar autoanticuerpos de alta afinidad. Los clones autorreactivos permanecen inactivos en gran medida por ausencia de linfocitos T cooperadores, aunque esta falta de células T puede ser superada cuando un autoantígeno se une a un antígeno extraño que pueda activar a los LT.
A nivel central (Médula ósea), el principal mecanismo de tolerancia es la delección clonal. Para que un autoantígeno induzca la delección de los linfocitos B deberá expresarse abundantemente en la membrana celular, lo que produce la multimerización del receptor que en ausencia de segunda señal determinará la apoptosis de los LB.
A nivel periférico, el mecanismo fundamental es la anergia clonal. Las células B anérgicas se caracterizan por expresar IgD de membrana normal, pero con una marcada reducción de IgM de membrana.

Tolerancia periférica:                       
Los mecanismos de  tolerancia  periférica  incluyen  la  existencia  de una  subpoblación  de  células T  reguladoras, que son las que cumplen un papel central en este apartado. Así se ha  demostrado que defectos genéticos relacionados con estas células son la causa  primaria de numerosas enfermedades autoinmunes en el hombre. Estas células son  capaces de  anular y  silenciar en ocasiones  definitivamente  esos  clones  autorreactivos existentes en la periferia. Existen dos grupos principales de células

  • Delección clonal de linfocitos B maduros en periferia (por apoptosis) al reconocer moléculas de membrana propias.



  • Anergia clonal cuando los receptores del linfocito B tienen un alto grado de ocupación: cuando hay altas concentraciones de un antígeno soluble monomérico, se inducen en las células B un cambio importante: baja notablemente el número de IgM de membrana, lo que condiciona que sean incapaces de interaccionar adecuadamente con los linfocitos TH, induciéndose un estado de anergia. Además, su vida media desciende a sólo 3-4 días, en comparación con las 4-5 semanas que dura una célula B periférica normal.

Personajes que ayudaron a demostrar la inducción de la tolerancia, hasta la actualidad:






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